– El arte de fluir sobre un lienzo con las palabras de un poema y las melodías de un río –

Quizás sea este el texto más complicado al que me he enfrentado al hablar de un videojuego. Pese a la riqueza léxica del español, creo que es difícil encontrar las palabras adecuadas para escribir sobre Naiad. Siento miedo de no estar a la altura de lo que he experimentado estos días atrás. Reducir la magnitud de los conceptos artísticos que se juntan en este título a líneas de letras amontonadas es casi un insulto a esta obra de arte. Pero espero que al menos consiga despertar tu curiosidad y quieras probar uno de los juegos más impactantes acuñados en nuestro país.

Naiad

El pasado 10 de diciembre, de forma casi por sorpresa, se anunciaba el lanzamiento de Naiad, la opera prima de Elwin Gorman López, el creador y ‘solodev’ del estudio HiWarp. Una aventura que nos lleva a seguir el curso de un misterioso río y descubrir sus secretos. Mientras fluimos por el agua, nos relacionaremos con la fauna y la flora del ecosistema de una forma que te hará experimentar amor y belleza, los mejores alimentos para el alma. Es hora de abrir bien los ojos, los oídos y el corazón y dejarte llevar por la corriente.

Lo que te hizo sentir el ciclo de la vida

«Naiad es abrirte a emociones y sentimientos,

es una aventura sincera y preciosa,

y un viaje a lo más profundo de tu ser.»

El término griego Naiad es un curioso caso de doble significado, por un lado significa fluir, algo que describe a la perfección el juego, por el otro hace referencia a las náyade o ninfas de agua dulce que según la mitología de la antigua Grecia habitaban en ríos, lagos, pozos o fuentes, como la protagonista de nuestra aventura. Las ninfas, de origen divino, eran seres femeninos que velaban por todo lo que vivía en el cuerpo de agua al que estaban vinculadas y sus entornos.

En este contexto nuestra historia arranca con el alumbramiento de Naiad, una ninfa, que deberá ir evolucionando y creciendo mientras sigue la corriente del misterioso río al que está vinculada. Su transcurrir por el curso fluvial es un precioso símil con el ciclo de la vida: nacer, crecer,… algo que te acompaña y con lo que te sientes identificado. Sobre todo cuando has pasado el ecuador de tus años y empiezan los rápidos. El agua se acelera, el tiempo fluye más rápido, y la desembocadura se vislumbra en el horizonte. C’est la vie

Naiad cuenta una historia que pide disfrutarse despacio, de manera relajante, sin prisas, tomándote tu tiempo entre las etapas del río para descansar y digerir lo que has vivido. Es una experiencia tierna y que te hace parar a contemplar lo que sucede a tu alrededor, solo tu, el río, su vida y sus melodías. Llegar al mar es el objetivo de nuestra ninfa, pero me tomo la licencia de dejarte un consejo de señor mayor, hazlo como si fuese la vida, disfruta de cada momento porque el tiempo que pasa no volverá.

La corriente que te atrapó en su dulce melodía

Mientras acompañamos a Naiad en su viaje aprenderemos a nadar como un patito, a saltar como una rana, a bucear como los peces o a cantar dulces melodías. Iremos descubriendo y cuidando de la fauna del río que nos seguirá en nuestro fluir por la corriente. Pocas cosas más gratificantes que ayudar a una mamá pato a encontrar a sus patitos extraviados o atascados en algún lugar, juntar una familia de zorros o auxiliar a todo ser viviente que hallemos a nuestro paso. La flora también necesitará de nuestro mimo y tiempo, no olvides cantar, que las plantas siempre son agradecidas.

La experiencia de fluir y nadar por el río es suficiente para disfrutar, pero además encontraremos pequeños rompecabezas muy bien integrados en la aventura que deberemos resolver para poder avanzar. El curso del agua en ocasiones es detenido por una barrera natural o hecha por el hombre, suceso que requerirá de nuestro ingenio para solventarlo y poder seguir la corriente río abajo.

Naiad

Los secretos que el río te quería contar

Uno de los compañeros inseparables en nuestra aventura será el propio río, un ente lleno de vida y que funciona de manera armónica como un todo. Sus animales y plantas, la luz, el agua, todo se entremezcla y origina muchos secretos ocultos que nos invita a descubrir. Ir explorando cada recoveco del curso en busca de un poema oculto, de una cueva donde habitan melodías o de el vuelo de una manada de flamencos es una experiencia altamente recomendable y repleta de belleza.

A medida que descubrimos los secretos que el río quiere mostrarnos se irán revelando fragmentos de preciosos poemas en cada parte del río. No es un juego con mucho texto, es una obra de arte con las palabras precisas y perfectas en cada momento.

El lugar donde se originó la belleza

El apartado artístico de Naiad es impactante, soberbio, impresionante,… perfecto. Podría hablaros de los trazos de sus dibujos, de la preciosa paleta de colores, de cómo se mueven las animaciones, de la banda sonora compuesta de forma brillante, de los sonidos del río y sus animales,… pero estaría siendo terriblemente injusto. Separar de forma independiente los elementos que dan forma a esta obra de arte no le haría justicia. Simplemente Naiad es la belleza en estado puro. La persona detrás de todo esto es un artista que ha volcado su cuerpo y su alma en hacer una obra imperecedera.

Naiad

Conclusión

Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por HiWarp

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Autor

Pasión por los videojuegos en Retro & Pixel Press y DeVuego
Podcaster en NESbuscando en la Basura, A Link To The Podcast y El Indiario
En mis ratos libres comando la Normandía.

Jon Fernández

Pasión por los videojuegos en Retro & Pixel Press y DeVuego Podcaster en NESbuscando en la Basura, A Link To The Podcast y El Indiario En mis ratos libres comando la Normandía.

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