Análisis de Evering: un rpg con sabor a clásico de 16 bits 

¿Recordáis esos rpg interminables llenos de clichés? Pues Evering coge la esencia de este tipo de juego y lo compacta, creando una mezcla de ambientación medieval industrializada en un bonito 16 bits, evocándonos a muchos de los clásicos del género que empezaron en la SNES.  

Y en cuanto a la historia… Bueno, si las mecánicas y el apartado visual nos recordaban a algunos clásicos del género como Terranigma o Secret of Mana, la historia no podía ser menos clásica. Tenemos un personaje principal el cual se embarcará en una aventura para descubrir si la leyenda que le contaban cuando era niño era real, esta enunciaba que el Villano que fue vencido por un antiguo Héroe volvería tras 300 años para vengarse.  

Así pues, controlaremos a Eldar, príncipe en ciernes que tras escuchar un rumor sobre la leyenda del héroe se embarca en una aventura con Lua, su aya, la cual le acompañara para protegerlo de su ingenuidad y de los peligros ya que siempre ha sido protegido por su condición.  

Como os he dicho, Evering es un juego de corte clásico y si no me creéis hasta ahora tenemos un Héroe y un Villano de tiempos pasados dentro de una profecía, un príncipe que se embarca en una aventura (si no creéis que es suficiente, pues sus padres han muerto) y una aya de avanzada edad (por lo cual ejerce automáticamente de conciencia y guía para el poco preparado príncipe). 

Tenemos varias razas y un mundo muy variado donde nos encontraremos zonas muy muy diferenciadas. Grandes ciudades, vertederos, playas y cualquier otro lugar que se te pueda ocurrir dentro de este género. Que no se me olviden las cloacas. 

El Lore de Evering se cuenta a través de la historia principal apoyada en las conversaciones de los habitantes, más una especie de puntos de información (libros flotantes con diferentes pedazos de historia) situados en los lugares menos esperados. 

En cuanto a la exploración, tenemos libertad para explorar las zonas del mapa dentro de unos límites, ya que la historia te va guiando y desbloqueando zonas de manera bastante lineal al compás de las necesidades de la trama. Dentro de estas zonas encontramos eventos relacionados con la historia principal, los cuales la hacen avanzar, y misiones secundarias, las cuales podremos consultar en unos paneles situados en las tabernas. Estos tablones nos darán la pista de por dónde empezar la misión secundaria de cada zona, lo cual agiliza el proceso si solo quieres las recompensas y no ir hablando con todo el mundo. 

En cuanto al combate, en Evering tenemos un combate basado en turnos donde podemos actuar con cada personaje cada vez que su barra de tiempo se llena. Tendremos ataque, “habilidad”, defensa, objetos y huir. Nada fuera de lo esperable salvo por dos puntos concretos. Las habilidades son completamente diferentes en todos los personajes y con diferentes me refiero a que su funcionamiento y el sistema para obtenerlas varía según el personaje, tenemos por ejemplo un personaje que gastan objetos para elaborar recetas al ejecutar los ataques, otro que aprende las habilidades heredadas por el arma que usa y otra que al usar las habilidades las sube de nivel desbloqueando versiones más poderosas.  El otro punto es que el comando huir no puede fallar, ni tiene penalización, así que, si no te apetece un combate en tu camino a completar tu misión, pues te vas y punto. 

Los combates no son aleatorios, lo cual es un punto positivo ya que cada uno puede elegir sus batallas facilitando la exploración y la subida de nivel. Pero el juego implementa una mecánica llamada sello de la custodia, esto es un icono que aparece aleatoriamente en algunos de los monstruos que nos encontramos haciéndolos invencibles. Esta tiene sentido con la historia del juego, pero en un rpg donde tienes que derrotar a monstruos… es algo molesta en según qué circunstancia. Como solución tenemos hacer tiempo hasta que el monstruo se canse y se escape, usar un objeto muy concreto para eliminar ese estado o… huir nosotros y a por otro combate que para eso tenemos el botón de huir. 

El apartado sonoro cumple con la música, sin ser un experto, me encaja bastante bien, y tiene pistas concretas para distintas localizaciones, así como para los combates y algunos de los combates contra los jefes. 

Yo he jugado tanto en PC como en la Steam Deck, en ambos me ha funcionado bien, pero siendo sinceros, en la portátil ha sido una mejor experiencia ya que al ser un juego largo me ha permitido más flexibilidad, además de no requerir una gran pantalla para ser disfrutado. Evering dura unas 20-25 horas, duración que, para un estudio de dos personas, no debe ser sencilla de implementar sin caer en la monotonía y creo que en este caso han mantenido un buen nivel durante la travesía. 

Si es verdad que el combate no me ha supuesto un reto y que el hecho de que al subir de nivel se te reponga tanto la vida como los puntos de habilidad hace que puedas ir de cabeza contra todo lo que se mueva sin miedo (ya que subes de nivel antes de que se te acaben los recursos). El mundo me parece lo bastante interesante para que te pique la curiosidad, pero la forma de contarla (pese a que la entienda por recursos), se hace pesada de leer y más cuando te corta completamente la acción. 

Y no creo que haya que quedarse solo con lo malo, ya que el que cada personaje sea tan diferente te incita a seguir un poco más para ver que más se puede desbloquear, y sin ser un reto como aquellos rpg de antaño, es un juego que entra muy ligerito para desconectar y explorar poco a poco el mundo sin complicarte en complicadas estrategias y estadísticas. 

Conclusión

Si te gustan los juegos por turnos, te apetece una historia simpática en un mundo de fantasía y tienes algunas horas sueltas a la semana en las que te apetezca jugar, pero sin calentarte la cabeza, Evering es una buena opción.  Un juego rpg con olorcito de clásico, pero con una duración adaptada a nuestras agendas.