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Die Again. La muerte no es el final

El pasado mes de abril se lanzó en todas las plataformas un videojuego indie español muy interesante que, como suele suceder a la gran mayoría, no ha tenido la repercusión que probablemente merece. Die Again, desarrollado por Adrià Ortiz y publicado por Catness Games, es un top-down shooter ambientado en un futuro post apocalíptico que, aún con sus imperfecciones, sorprende por la originalidad y complejidad de su propuesta.

Morir para sobrevivir

En el año 2030 un peligroso virus que transforma la sangre en color azul se extiende por el planeta Tierra. Los síntomas de este virus no se quedan en un simple cambio de color: cuando alguien de sangre azul muere, su alma o espíritu ocupa el cuerpo de cualquier persona que se encuentre cerca, logrando así mantenerse con vida. Esto provoca el caos y la locura en la sociedad, con gente que se suicida cerca de personas más jóvenes para poseer su cuerpo y alargar así su vida.

La historia de Die Again inicia 1000 años después de la pandemia, en un futuro apocalíptico donde los grupos terroristas campan a sus anchas y nadie es quien parece ser. En este contexto, un grupo de personas de dudoso honor dan con una persona especial: su sangre es roja. Su misión será llevarla a la zona cero, donde todo empezó, para ver si logran acabar con el virus y poder poner fin a lo que parece que terminará en la extinción de la raza humana.

De esta interesante y compleja premisa argumental nace la mecánica que hace de Die Again un videojuego estimulante y diferente: morir puede no ser el final. Debido a la sangre azul, matar a un enemigo cercano significa nuestra propia muerte, pues su espíritu ocuparía nuestro cuerpo. Y del mismo modo, morir cerca de un enemigo significaría ocupar su persona y continuar viviendo. Así que los niveles pasan a convertirse en pequeños puzles en los que, con frecuencia, el único modo de avanzar es suicidarse en el lugar y momento correcto para ocupar el cuerpo de algún personaje cercano. Esta bizarra mecánica hace que tengamos que calcular muy bien cada movimiento, pues no importa demasiado si matamos o morimos en un combate, sino dónde y cuándo lo hacemos.

El twin-stick shooter es un género popular dentro del mundo indie, normalmente proponiendo al jugador intensos niveles repletos disparos; pero Die Again busca ofrecer un gameplay más pausado y estratégico. Por supuesto, entrar en el nivel como si estuviéramos en Hotline Miami y lanzar balazos a diestro y siniestro es una opción, aunque desaconsejable; el juego no tiene piedad: recibir un disparo significa la muerte (si no hay ningún cuerpo cerca que nuestro espíritu pueda ocupar, claro está).

Die Again imagen

Die Again se compone de niveles breves en los que el objetivo suele ser atravesar escenarios que veremos con perspectiva cenital para acabar con todos los enemigos o llegar al final sin perecer. Algunos requieren de ingenio y sigilo, donde podremos aprovechar la capacidad de ocupar cuerpos para pasar delante de enemigos sin que nos detecten; en otros niveles la única opción es crear el caos explotando todo lo que encontremos a nuestro paso. El resultado es una experiencia de juego muy sólida y divertida que se resiente de una curva de dificultad casi inexistente y un diseño de niveles poco desafiante.

Aunque encontraremos niveles muy bien diseñados, como algunos en los que tendremos que movernos entre vías de tren u otros en los que hay que esquivar a los francotiradores enemigos, una importante mayoría parecen clónicos y consisten en salas posicionadas aleatoriamente en las que solo tendremos que avanzar y acabar con enemigos; dando la sensación de que su función es la de engrosar la lista y alargar el juego, sin esforzarse en ofrecer un reto al jugador; incluso en los compases finales del juego afrontaremos niveles “de transición” que podremos completar en cuestión de segundos sin demasiados problemas.

Pese a que nunca llega a suponer un verdadero desafío, tampoco puedo negar que he devorado con avidez todo lo que Die Again tenía que ofrecer y, si hubiera tenido 100 niveles más, habría seguido jugando encantado. Sí, puede que no hayan dado con el mejor diseño de niveles, pero ofrece experiencia jugable diferente, algo de lo que no todos pueden presumir. Además, los niveles breves son un gran acierto pues nos invitan a jugar siempre “uno más”. El adictivo e intenso gameplay, empujado por una intensa música que apenas deja respirar (para mi gusto, algo repetitiva y demasiado presente, al final he bajado el volumen), nos hacen obviar un apartado gráfico evidentemente limitado -se trata de un solo-dev– que, en cualquier caso, luce bien durante el gameplay con toques sangrientos (de color azul, obviamente) y sólo le veremos las costuras en los interludios o en las pequeñas cinemáticas.

Die Again imagen 3
Si morimos y hay una persona viva dentro del círculo, ocuparemos su cuerpo.

Apostando por la narrativa

Los videojuegos ambientados en futuros post-apocalípticos abundan y, si bien Die Again no rompe con ningún esquema narrativo, la original premisa de la sangre azul y la mecánica consistente en el suicidio como vía para la supervivencia abre un abanico de debates morales y éticos muy interesantes a los que nos enfrentaremos. Cada escenario que visitamos tiene un interludio (opcional, si no nos interesa la parte argumental podemos pasar a los disparos) que consiste en recorrer un pequeño escenario mientras dialogamos con los miembros de nuestro grupo. Es en estos interludios en los que, mediante las conversaciones, nos adentraremos en el lore del videojuego, aprendiendo más sobre la pandemia y sus consecuencias. Son personajes grises: sin ir más lejos, el líder del grupo -al que controlaremos en la mayor parte de las ocasiones- es un terrorista que no tiene pudor en lanzar bombas nucleares y acabar con vidas inocentes. También compartiremos viaje con un hombre que lleva vivo más de mil años a base de cambiar de cuerpo, sin preocuparse por las vidas que ha segado durante su camino, o con un bebé atrapado en el cuerpo de un adulto. Conoceremos gente que no se cuestiona si es ético “ocupar” cuerpos ajenos ya que, en Die Again, salvo alguna honrosa excepción, todos harán lo necesario para sobrevivir.

Imagen interludio Die Again
En los interludios es donde profundizaremos en el Lore del videojuego

Sin embargo, de forma similar a lo que sucede con el apartado jugable, a nivel narrativo Die Again funciona porque la idea base es original y atractiva para el jugador, pero la ejecución es discutible. El mensaje de los diferentes personajes, sus historias secundarias y las decisiones que en algún momento tenemos que tomar harían de Die Again un juego imprescindible si no fuera por la mejorable escritura y un desenlace (hay varios) bastante frío. Los diálogos carecen de complejidad y ritmo, presentan enormes inconsistencias gramaticales y hasta errores de puntuación y ortografía, por no hablar de que a veces se dirigen al jugador con el pronombre equivocado. Es frecuente terminar una conversación con la frustrante sensación de no haber comprendido el mensaje en su totalidad (e incomprensiblemente no podemos repetirlas). De nuevo, es conveniente recordar lo modesto del proyecto y que un sólo desarrollador se ha encargado de todas sus aristas, pero si la parte argumental pretendía ser una baza importante, lo coherente habría sido pulirla mucho más.

Conclusión

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Autor

Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.

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