
Mi último recuerdo fue sacar el billete para visitar a mi padre por las vacaciones… Lo demás está borroso, confuso.
No logro recordar cómo llegue aquí. Había… Sí, había un hombre, conducía un coche, a toda prisa por una carretera oscura. Alguien intentaba secuestrarme, darme jaque mate… (Scholar’s Mate). Esa noche había tormenta, y recuerdo una escalinata con barro, y una silla de ruedas. Alguien me golpeo. Recuerdo su voz rasgada y de ultratumba…
¿Qué es este lugar? ¿Qué hago en una celda? ¿Por qué nadie me ayuda?
Necesito salir, escapar de este lugar infernal.
Scholar’s Mate – Jaque en 4 movimientos

Noche de tormentas, manicomios, sitios lúgubres y antihigiénicos… una atmosfera idílica de cualquier juego de terror que se precie. Nuestra protagonista no ha comenzado sus vacaciones con muy buen pie. Su transporte la ha traído a un manicomio cochambroso, del que parece que no es muy bien recibida, y un señor con andares de Frankenstein la quiere hacer picadillo.
Judith, nuestra protagonista, se despierta en una celda llena de sangre y velas por todos sitios. No recuerda como ha llegado hasta allí, la invaden recuerdos confusos de su llegada. (La cinemática inicial nos da una pista que se irá descubriendo más adelante) Judith grita en busca de una ayuda que no encuentra. El sitio en que está le da pánico, escuchamos su respiración entre cortada y nerviosa. Necesita salir de allí lo antes posible.
El principio de nuestra aventura, parece sencillo: buscar una llave, abrir la puerta y explorar por el psiquiátrico en busca de posibles vías de escape y posibles escondites. Iremos encontrando puzles fáciles, como desbloquear candados o descifrar diarios de celadores perturbados. Los primeros minutos es como un amplio tutorial para familiarizarnos con el juego y sus mecánicas, sin perseguidores ni cosas que dan miedo. Podremos pasear sin miedo por el hospital, buscando pistas, objetos y leyendo los periódicos esparcidos para saber dónde nos encontramos.
Una vez familiarizados con el entorno y habiendo hecho unos cuantos puzles, llegará el momento de conocer a nuestro acechador, a ese ente que oímos detrás de la puerta del almacén, esa persona con andares bastos, y hablar ronco. Es hora de conocer a Eddie.
Eddie huele nuestro miedo

Eddie es nuestro acechador, desde el momento en el que aparezca nuestra principal misión será huir y escondernos. Tarea nada sencilla, si a eso le sumamos el hecho de ir resolviendo puzles por el camino y que los puntos de guardado van al tuntun… Por suerte Eddie tiene una ruta concreta que va de A hasta B, y solo hace que se desvíe si nos escucha o nos ve. Que en mi caso fue más de una vez, porque el sigilo no va conmigo y soy como un elefante en una cacharrería.
El manicomio tiene varios escondites, que tendremos que memorizar para que cuando nos pille, hacerle un sprint, despistarlo, apagar luces y permanecer escondidas un buen rato hasta volver a salir. Las luces le atraen como una polilla, deberemos movernos a oscuras el mayor tiempo posible. Sin linternas, ni nada brillante. No mientras, él ande cerca. (Que suele ser la mayor parte del tiempo)
Mientras vamos agachadas, no podemos correr, e ir a hurtadillas es terriblemente tedioso pero necesario. Por suerte contamos con una mecánica para asomarnos y ver si nos persigue para si anda por el piso de arriba, salir corriendo a por el siguiente puzle o con suerte el siguiente punto de guardado.
Eddie no nos dará sustos o jumpscares: Eddie solo nos perseguirá para darnos jaque mate. No es un enemigo que se esconda o desaparezca, gracias a sus andares y su «I can smell your fear» sabremos en todo momento donde se encuentra.
Recordemos, que aunque el juego es de terror, es una escape room con miles de puzles, ese es nuestro objetivo: resolver y escapar con vida de ese lugar. Aunque en ciertos momentos nuestro objetivo sea jugar al gato y el ratón con Eddie, dando vueltas por el manicomio, intentando escapar de su hacha de carnicero matarife.
Los hechos acontecidos en el manicomio y que llevaron a su cierre son lo más escalofriante: violaciones por parte de celadores, malas praxis, torturas… Familiares que no podían visitar a los pacientes internados… Todo ello engloba al pánico de ser perseguidos por un ser terrible que solo quiere nuestra muerte.
Resort de 5 cuchillos

Scholar’s Mate cuenta con un apartado audiovisual brutal. Las instalaciones psiquiátricas dan auténtico pavor, llegando incluso a pensar que su suelo y paredes están pegajosos. Sangre y otros fluidos adornan cada estancia, que junto con las velas, y los sonidos ambientales, dan el broche final a querer escapar en serio de ese maldito lugar.
Si seguimos las recomendaciones de jugar con auriculares y luces apagadas, la experiencia es terrorífica, llegando a ponernos nerviosos y mirar a nuestra espalda en más de una ocasión. El sonido envolvente es magnífico para pasar un buen rato de miedo.
El trabajo de doblaje es un diez, tanto Eddie como Judith nos hacen partícipes de su historia, con comentarios y frases aterradoras, poniéndoles sentimiento y profundidad. Sobre todo Eddie, con esa voz espectral y que te persigue en la oscuridad. El juego está en varios idiomas, pero solo los textos, con una traducción y localización de 10. Algo que debemos agradecer para que podamos meternos de lleno el juego y en su historia.
Pero no todo es un 10, y así como su apartado audiovisual es de sobresaliente, los puzles sacan un suficiente teniendo que ir a septiembre para recuperar.
Si no me mata Eddie lo hace este Puzle

Estos puzles son desafiantes teniendo el inconveniente de que te persigue un monstruo que te quiere dar matarile. Algunos de ellos son tan complejos que son de fallo y error, puesto que las pistas que nos dan no tienen nada que ver con el resultado, o al menos solo tienen sentido para su creador.
Una pena que Schollar’s Mate no es un juego ÚNICAMENTE de puzles, donde puedes tomártelo con toda la calma del mundo y resolverlos poco a poco, pero hay que sumarle la agravante persecutoria de Eddie, que si nos ve estamos muertos. Por lo tanto, resolver los puzles es terriblemente tedioso, complicado y muy difícil, porque no solo tienes que prestar atención al puzle, sino también a Eddie, a la luz y a los pasos que se acercan.
A todo esto hay que sumarle los puntos de guardado, que no aparecen muy a menudo, ni donde nosotros pensaríamos, sino en situaciones completamente al azar y designadas en ocasiones muy complejas. El juego no guarda cuando, haces algo importante, guarda donde le parece bien; por ello, cuando por desgracia somos pillados por Eddie, nos va a tocar coger ese objeto que estaba en la otra sala y que es PRIMORDIAL para la resolución del puzle siguiente.
Conclusiones
Scholar’s Mate es un juego cortito de unas 2 h aproximadas de duración. Es un juego de jugar rápido y sin entretenerse. De correr por tu vida y salir corriendo de ese lugar. De escondites oscuros y respiraciones agitadas. Pero peca en la agravante de los puzles y su dificultad, que nos son accesibles ni resolutorios a la primera, siendo muchos de ellos complejos y que lamentablemente solo comprende su creador. Las pistas que nos encontremos son en su mayoría inservibles.
En el apartado audiovisual saca un sobresaliente, es un juego que te llena con su atmosfera y entrono terroríficos, así como el lore que tiene al leer los periódicos y fichas. Muchos de ellos te revuelven el estómago creándote esa sensación de angustia que se busca en un juego de terror.
En definitiva, un juego rapidito de escape room, en el que lo pasaremos divertidamente terrorífico.
Jugado en PC gracias a una clave de Steam facilitada por Jandusoft
Autor
Redactora y creadora de contenido en mis ratos libres en OrgulloGamer donde también llevo la mentoría de Steam y el Twitter/ X, también me podéis leer en DeVuego, en Nivel Oculto en mi blog y en mi Patreon de mi pasión favorita: los videojuegos.