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El escuadrón suicida

Pero que bonitos son los golpes de nostalgia que, de vez en cuando, invaden nuestro corazoncito de jugones y jugonas, ¿verdad?. Hay momentos que atesoro muy en el fondo de mi alma y uno de ellos es cuando jugué por primera vez a Star Fox 64. Me encantaba su control, me encantaba su epicidad y no podía parar de jugarlo… Bueno, en realidad si podía puesto que nunca tuve Nintendo 64 y tenía que jugarlo en casa de los colegas. Entonces, hace bien poquito, la nostalgia vino a mi cuando vi por primera vez FUR Squadron.
Todo lo que pude ver antes de ponerme a jugar a la obra creada por Raptor Claw me producía una curiosidad exagerada así que me puse manos a la obra: me enfundé el traje de piloto espacial, ajusté mis cascos para escuchar a mis colegas “furros” y me dispuse a vivir una batalla épica como las de antaño.
De primeras hay que decir que FUR Squadron no cuenta tampoco con una historia muy original pero bueno, sirve más que de sobra para ponerse a los mandos de nuestra nave de combate.
En un entorno virtual no se puede morir, ¿verdad?
En FUR Squadron toda la acción se desarrolla dentro de un simulador donde los grandes campos de batalla se ven sustituidos por unos cuantos polígonos sin relleno, polígonos que, en algunos momentos de la partida, acaban por llenar la pantalla de líneas que incluso pueden llegar a confundir al jugador si no está bien atento. Pero bueno, es un simulador así que tampoco hay que meterse mucho con el apartado visual. Estamos aquí para “practicar” nuestra pericia a los mandos de nuestra nave.
Durante las pruebas en el simulador algo se complica y entonces nos vemos envueltos en una auténtica batalla espacial a los mandos de nuestra nave. Cada uno de los 6 niveles que tendremos que recorrer tienen su propio boss final que, sin duda alguna, es la parte del propio nivel que acaba luciendo un poco más puesto que los gigantescos jefazos hacen que apuremos un poquito más los bordes de la pantalla.

Y ahí es donde en realidad todo termina puesto que el juego, cuando coge un poco más de carrerilla (en los últimos niveles) es cuando su historia acaba lo que es una lástima. Sinceramente, es un juego pequeño pero la idea no está del todo mal implementada aunque, hablando desde el más absoluto cariño al género en el que se pelea, salir del simulador para llegar al campo de batalla real habría sido un autentico lujazo. Con otros 3 niveles más en un entorno fuera de lo meramente poligonal habría creado una experiencia sencillamente redonda que habría cerrado la experiencia por todo lo alto. Pero hay que recordar que aquí solo una persona (con ayuda de algunas otras más para terminar diferentes apartados) ha sido la responsable de prácticamente todo lo que vemos en pantalla lo cuál es una proeza.
Fur Squadron cuenta con diferentes niveles de dificultad los cuales se van desbloqueando según acabamos la historia, permitiéndonos pilotar con otro de los protagonistas. Eso si, no penséis que las naves tienen alguna diferencia jugable ya que, a parte de la propia apariencia, se controlan completamente igual algo que realmente tampoco añade mucho a la jugabilidad general del título.

Jugablemente Fur Squadron es muy sencillo de entender y eso es de agradecer. Con un botón para disparar y otro para lanzar las potentes bombas solo tendremos que movernos de allí para acá para evitar los ataques enemigos. Para darle un poco más de emoción a los combates que, en los siguientes niveles de dificultad se vuelven mucho más cruentos, podemos hacer girar la nave haciendo lo que se llama un “tonel” hacia un lado o hacia el otro utilizando los botones L y R. Esta arriesgada maniobra nos dará un momento de invulnerabilidad. En cuestiones de power ups podremos encontrar una mejora para el laser principal, recoger bombas y también escudo.
Hay que añadir que el apartado sonoro de Fur Squadron está a la altura y sirve de complemento perfecto para una experiencia muy intensa. Sin duda alguna, para quien vivió aquella épica batalla interestelar hace ya muchos años, seguramente le hará recordar aquellos viejos tiempos pero Fur Squadron ya no hace mucho más y es una pena. Cierto es que el estudio es pequeño y seguramente, con todo lo aprendido aquí, podrán ir a por una segunda parte con mucha más fuerza y más ambición porque, no os voy a mentir, la base general está muy chula pero le falta algún giro y, en general, se hace demasiado corto.
Conclusiones
FUR Squadron es un golpe a la nostalgia con todas las de la ley pero es una pena que la experiencia jugable se quede en poco más de una hora. Si quieres sacar todos los niveles de dificultad te llevará un poco más ya que, a mayor nivel de dificultad, mayor daño recibirás. Una buena idea que, de haber arriesgado un pelín más, estaríamos, sin duda alguna, ante un resurgir del género como dios manda. Quien sabe, quizás en un par de años podamos hablar de una secuela a la altura de un género que, de por si, ya puso antaño el listón muy alto.
*Esta crítica ha sido posible gracias a la clave para Nintendo Switch que nos han enviado desde Raptor Claw.
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Autor
Hermano menor. Padre orgulloso de que su pequeña adore también los videojuegos tanto como yo. Cuando me dejan y la vida me lo permite escribo sobre videojuegos en DeVuego y anteriormente en Comunidad Xbox.