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Epic Chef, el RPG gastronómico que necesitábamos (y no sabíamos)

Suelo evitar los juegos con mecánicas tipo granja. No me malinterpretéis, me encantan, pero por esa razón, significan un pozo de horas que (desgraciadamente) no tengo. Podría culpar a las mecánicas adictivas. Esas hacen que quieras tener todo bien administrado y lo más resultón posible, pero en realidad sé que es fruto de mi obsesión por optimizar cada resquicio del terreno que me den. No tengo remedio.

Aun así, cada cierto tiempo vuelvo a encontrar una excusa para acercarme al género. Como el que está a dieta y de vez en cuando se dice a sí mismo: “hoy toca tarta de postre, que me lo he ganado”. Magnifica referencia para el juego que me ha vuelto a sentar delante del teclado.

Si tenía que volver a visitar el género, Epic Chef ha sido la mejor elección. Su propuesta alocada ha conseguido equilibrar la balanza entre el ansia por explotar las mecánicas del juego y la curiosidad por conocer cada personaje, leer cada línea de texto y afrontar las tramas que esconden. Afilad bien los cuchillos, que hoy tenemos tarea.

Afila tus cuchillos

La premisa de Epic Chef es tan sencilla que solo nos llevará unos minutos comprender como gira su loco universo. En un mundo donde ser cocinero está considerada la élite entre las élites, llegamos nosotros acompañando a Zest, un aspirante a Chef con una despensa cargada de sueños y esperanzas.

Puede que haya un hueco en dicho Olimpo, pero nadie nos va dar una entrada directa. Todo cuanto la narrativa toca gira en torno a la cocina. Un universo que basa sus reglas en los platos que sepamos cocinar y donde todas las mecánicas giran en torno a engrasar la maquinaria culinaria.

Subir en la jerarquía no depende del dinero; ni siquiera del mal llamado estatus social. Hacerse un importante hueco depende de la destreza de los cuchillos, la forma de mezclar los ingredientes y de la calidad de nuestras recetas. Para Zest, heredar una cuantiosa herencia (incluyendo mansión y tierras), no le asegura ser admitido entre los ciudadanos más reputados.

El humor negro y las expresiones… coloquiales, son el día a día de los diálogos

Es aquí, tropezón tras tropezón, donde tendremos que sacar nuestro don innato para hacernos un hueco entre esta élite. Si no sabes ni hacer un huevo frito, la isla no tiene un sitio para ti.

Epic Chef enhebra de una forma maravillosa toda esta narrativa sin tener que decírtelo expresamente en un texto largo y aburrido. De esto ya se encargan unos personajes, a cada cual más peculiar, con unos diálogos ingeniosos y mordaces, a los que nuestro protagonista tendrá que enfrentarse. Un viaje en el que el humor y las situaciones absurdas envuelven cada paso que damos.

A toda esta receta hay que añadirle una historia que se va torciendo o enderezando, según la (mala) suerte que tenga nuestro protagonista. Una premisa que llama la atención por lo rocambolesco de su propuesta pero que engancha por la simplicidad con la que la trasmite a cada momento.

Esferifica como puedas

Zambullirnos en el mundo de Epic Chef es encontrarnos con un mundo verosímil pero totalmente alocado. La primera hora de juego nos sumerge, tímidamente en su propuesta, pero no es hasta pasadas unas horas cuando el juego explota, mecánicamente hablando. Esta transición genera una familiaridad con las mecánicas más básicas: la gestión de nuestra granja, la interacción con otros personajes y la más importante, cocinar.

Las incontables horas que se pueden gastar en Epic Chef tienen un culpable directo en el que enfocar todos nuestros recursos. Cocinar le da sentido a toda la narrativa planteada y a todas las decisiones mecánicas desde el primer momento que ponemos en marcha un fogón.

DUERME. Así, como misión.

La cocina es el eje central al que Infinigon ha querido rodear de multitud de elementos que encajan como una muñeca rusa. La simpatía que rebosa cada personaje, los diálogos ingeniosos, el humor absurdo, la gestión de nuestra granja y hasta cada visita al pueblo para conseguir nuevos materiales, están colocados estratégicamente para cuando llegue el momento de ponernos a crear una receta nuestro plato.

Rodear a una sola mecánica de elementos puede salir realmente mal si la misma, no se sustenta por si sola.. Cocinar es el late motiv de Epic Chef y creo sinceramente que, desde Infinigon, han sabido poner las motivaciones suficientes como para que quieras llegar al momento de la cocina. Podríamos haberse quedado en un minijuego dentro del conjunto, una excusa para crear el plato en cuestión y avanzar. Me enorgullece deciros que no es el caso.

Remover en el momento exacto es tan importante como que no se salga nada

Cada vez que nos pongamos delante de un fogón tendremos que tener muy claro que es lo que queremos y como lo queremos. Todo plato que queramos cocinar constará de tres ingredientes y una salsa, si queremos añadirla. Cada ingrediente aporta unos valores al plato y dependiendo de como lo combinemos y de la posición en la que entren en la sartén, nos dará unos puntos extras. Todo esto sin dejar de agitar la sartén para que no se quemen y dejando los ingredientes el punto exacto para que desprendan todo su aroma (quedaos con esto para luego).

Al principio, tener una variedad de ingredientes limitada, hará que combinarlos sea un juego de niños con patrones muy básicos. Según la lista crezca y se añadan elementos como las salsas, cada plato se convierte en un puzzle en si mismo. Tener en cuenta el orden o los maridados es tan importante como elegir bien los ingredientes.

Mírale, su primer plato.

Aquí reside la magia de Epic Chef. Aquí es donde todas las mecánicas que nos llevan a cocinar se resuelven en un minijuego de apenas treinta segundos donde nos jugamos el éxito o el fracaso del plato. Cuando veo este tipo de implementaciones en la parte jugable, tan fluidas, divertidas y lógicas, solo puedo sonreír y aplaudir.

El truco es echarle Pedro Ximenez a todo

Como ya he dicho cocinar es la consecuencia lógica de todas las mecánicas que hemos tenido que utilizar para llegar hasta ese momento. Cocinar no es solo llegar y juntar ingredientes; hay mucho que hacer antes de llegar hasta los fogones.

Primero, cultivar nuestros propios ingredientes, donde tendremos terrenos a nuestra disposición para plantar todo lo necesario para crear nuevas recetas. Segundo, coger todos esos ingredientes y almacenarlos o crear nuevos elementos, como semillas para seguir cultivando o las míticas salsas para nuestros platos. Tercero, subir de nivel para poder mejorar nuestros ingredientes y crear nuevas sinergias en nuestros plantamos. Cuarto, pensar, probar y volver a probar. El plato perfecto existe, pero si no quemamos unas cuantas patatas antes, no lo vamos a descubrir. Quinto: cocinar para ser el mejor. Y todo esto en las horas que Zest esté despierto.

Una granja cuidada significa alimentos «gratis»

Toda esta travesía está tan bien gestionada que no será la “excusa densa” para alargar el momento de cocinar o enfrentarnos a nuestros rivales. Si bien es verdad que habrá gente que este recorrido lo simplifique o lo acelere (comprando ingredientes directamente en la tienda, por ejemplo) es una especie de ritual que poco a poco el juego te inculca para que, cuando tengas que hacerlo, disfrutes con el recorrido.

Una vez dominemos la cocina hay que utilizarla. En un mundo de chefs, con egos desmedidos y platos con más palabras en su título que ingredientes, toca ser el mejor. Si no el mejor… el que haga el plato más rico. Toda la isla, así como sus chefs, están sometidos a durísimos duelos culinarios con el fin de demostrar quien es el mejor cocinero. Esta mecánica será la manera de avanzar de Epic Chef y tendremos que retar a todo aquel que se ponga en nuestro camino.

PELEA. PELEA. PELEA.

Aquí es donde todo lo aprendido anteriormente tiene que salir a relucir. No vale con hacer el plato con más puntos, ni el que mejor aroma tenga: hay que ganarse al juez. Sabiendo y conociendo quien nos va a juzgar podremos saber cuales son sus gustos. Hay jueces que valoran con puntos extras un plato con determinado ingrediente o que tenga más atributos de una rama concreta. Nuestra misión será adivinarlos y crear un plato que se acomode a sus gustos. Para ello podremos usar todos los trucos a nuestro alcance.

Desde salsas que modifican el paladar del juez o empeoran el plato del contrincante hasta utilizar ingredientes modificados para poder potenciar el momento que queramos. Incluso podemos alterar el orden de la prueba de nuestro plato dejando que nuestra creación tenga más o menos aroma al cocinar. Todo con tal de salirnos con la nuestra (y con la victoria de paso).

Vamos a perder muchas veces… pero de todo se aprende

Algo más que fogones

He querido ahondar en lo general y no meterme en lo específico. Epic Chef tiene muchas más opciones a medida que vamos desbloqueando la historia. Una de ellas, por ejemplo, es adquirir y gestionar nuestro propio restaurante dentro de la isla. Mecánicas desbloqueables que se van añadiendo según avanzamos en la historia y que, en cierta manera, prefiero que las descubráis vosotros mismos. Yo os he intentado abrir el apetito; vosotros tendréis que catar el juego.

El juego tiene momentos tan bonitos como este

Además, antes de dar mis conclusiones, quiero añadir que tengo pocas quejas respecto a Epic Chef. Me gusta ser parcial y destacar tanto lo bueno como lo malo. Si soy puntilloso podrían añadir algún elemento para hacer un poco más accesible el juego, sobre todo al jugador más alejado del género.

En cuanto al juego como tal no he tenido nada insalvable más allá de un par de paredes invisibles en la granja y en algunos momentos una optimización algo justa. Epic Chef me ha parecido un juego bien planteado, pensado y ejecutado. Tener una de las tres cosas es meritorio, tener dos de las tres cosas es algo poco común, tener las tres es algo fuera de lo normal.

Epic (epic) Chef

Después de pasar horas entre los fogones tengo que reconocer que Epic Chef me ha cautivado. De tremendo desconocido, a ser uno de los juegos que más horas me han tenido agarrado al mando en 2021. Su propuesta es simple, su manera de contar lo que se propone es desenfadada y sobre todo es un juego que te atrae y no te suelta.

Cada diálogo tiene algo por lo que reír. Cada momento es más absurdo que el anterior. Cada plato que logramos que salga con más puntuación tiene un proceso gratificante. Cada vez que derrotamos a nuestro contrincante sentimos que avanzamos. Cada vez que hay que ponerse los guantes en la granja he sacado papel y boli para planificarlo todo.

Todos estos “pocos” hacen un mucho. Epic Chef sabe jugar muy bien sus cartas y crear un universo que espero de corazón podamos ver en próximas entregas o en juegos similares, llevando sus mecánicas a otras temáticas. No se si Epic Chef pasará sin pena ni gloria, o si en algún momento alguien se dará cuenta del potencial que tiene. A mi al menos me han hecho volver a un género tabú para mí y disfrutarlo como hacía tiempo que no lo hacía.

Ahora, como diría Chicote, solo me queda coger mis cuchillos… e irme.

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Autor

Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira.

Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos. De mayor quiero ser un gran pirata.

Adrián Fitipaldi

Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos. De mayor quiero ser un gran pirata.

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