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La producción de videojuegos de carreras en nuestro país suele ser escasa. Y los pocos que salen, suelen ser de dudosa calidad, salvando algún caso puntual como el reciente Woden GP o la famosa saga Asphalt. Es por eso que siempre estoy atento a los videojuegos de este género a ver si alguno da con la tecla y logra ofrecerme una experiencia divertida y adictiva. Es así como he dado con Ion Driver, primer videojuego del estudio Moon Whale Studio, compuesto por un grupo de estudiantes.
La premisa es interesante, carreras intergalácticas a velocidades de vértigo sólo aptas para los pilotos más feroces de la galaxia. Al menos eso dice la descripción en el PlayStation Store y eso vemos en un más que interesante trailer. Siendo yo gran fan de F-Zero (Nintendo, seguimos esperando) y además muy optimista, he decidido darle una oportunidad. El resultado: como proyecto de estudiantes, aprobado; como un videojuego comercializado, desaconsejado.
Pilotando a toda velocidad
He de romper un par lanzas a favor de Ion Driver. Los desarrolladores han conseguido algo muy difícil que es ofrecer una sensación de aceleración enormemente lograda, sintiendo el jugador en todo momento que está pilotando a una velocidad inhumana. Además, el control, que en estos juegos a velocidades estelares suele ser muy delicado y complejo, responde perfectamente y sólo necesitaremos unas cuantas partidas para pillar el truco a los giros y al turbo.
El segundo punto es el trabajo gráfico del juego. El cel-shading y los colores chillones sientan muy bien al videojuego y el diseño de las pistas es muy interesante, ofreciéndonos circuitos repletos de curvas, loops y obstáculos que tendremos que memorizar si queremos afrontarlos con un mínimo de garantías. A todo esto hay que sumar una banda sonora frenética que aumenta la sensación de revoluciones que el videojuego quiere transmitir.
A medio gas
El problema de Ion Driver es todo lo demás. En primer lugar y como aspecto más decepcionante es que carece de contenido. Ya el menú es simple a más no poder, con un modo de juego individual y un multijugador local. Pero dentro del modo principal hay solo dos pistas. “Habrá alguna que desbloquear” pensé yo, pero no. Dos pistas, divertidas, relativamente grandes y bien diseñadas, pero dos. Una vez te has hecho con los controles, son 7 minutos de gameplay.
En cada carrera habrá otros 11 pilotos compitiendo contra nosotros, pero más que competir parecen el safety car intergaláctico. Se limitan a completar el circuito sin alardes, uno detrás de otro, y basta que nosotros completemos la carrera sin salirnos del trazado para ganarles con suma facilidad. Si usamos el turbo incluso podemos permitirnos el lujo de darnos varios castañazos y ganaremos igualmente. Además, son pilotos reciclados ya que el videojuego tiene sólo 6 personajes seleccionables que, eso sí, cuentan con un diseño realmente interesante y divertido (aunque sólo los vemos a la hora de seleccionarlos).
Por otro lado, el juego tiene bugs. Las colisiones son un desastre, saliendo a veces disparados hacia arriba, otras veces nos recolocan en pista y en ocasiones simplemente rebotamos como si fueran los coches de choque. Pero aunque logremos no chocar, en el segundo trazado tendremos que realizar varios saltos y entrar por una especie de túnel que, como no, está roto y nos hará entrar en la cuarta dimensión, rompiendo todas las físicas y atravesando paredes unos cinco o seis segundos para luego reaparecer en el mismo lugar del circuito y sin perder ninguna posición. Magnífico.
Conclusión
Quiero aclarar que considero que Ion Driver tiene los moldes para ser un buen videojuego. Lo más difícil, que es el manejo y la velocidad, lo ofrece; pero naufraga en todo lo demás. Como proyecto final de un curso veo potencial detrás del juego y le pondría un gran aprobado; pero un videojuego de carreras con sólo 2 circuitos, de los cuales uno tiene muchos bugs, no creo que se pueda recomendar en ningún caso. Además, pese a ser español, sólo está en inglés. No me arrepiento de la compra puesto que puede que rescate Ion Driver en algún momento para jugar al multijugador, pero nada más.
Autor
Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.
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