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El desarrollo de un videojuego no es, desde luego, un juego. Consiste en una persona o grupos de personas que se encargan de crear, diseñar, programar, entre otros, todos los elementos que necesita una obra audiovisual de este calibre: guion, diseño de personajes, armas y de niveles, composición musical, jugabilidad, estilo artístico, etc. Estos días os hablábamos de Sword of the Necromancer, un juego que mezcla aventuras, hack´n slash, mazmorras y rogue-lite de la mano de Jandusoft y Grimorio of Games.
Su campaña de Kickstarter recientemente había cumplido su primer objetivo, pero los desarrolladores se encontraron con un problema que, por desgracia, ocurre más veces de las que podemos imaginar. Resulta que un usuario anónimo había donado al proyecto la cuantiosa suma de 8.500€, que como podréis imaginar, es una cantidad muy importante para el desarrollo del videojuego. Sin embargo, las alarmas sonaron cuando el backer no eligió su recompensa.
Este movimiento hizo sospechar a Grimorio of Games, quienes ya estaban preparados para la sorpresa puesto que la donación era anónima no hubo reclamo de la recompensa. Tras conseguir el primero de los dos objetivos, una canción de Dale North, de Wizard of Legend y Emi Evans, de NieR Automata, cinco minutos después, el usuario anónimo retiró esos 8.500€ dejando el Kickstarter con la cantidad de 25.000€ y cancelando así el otro objetivo, un modo extra.
Este tipo de prácticas son inadmisibles en las campañas de micromecenazgo, y desde DeVuego condenamos este acontecimiento ocasionado por un trol de Internet. Os recordamos que todavía podéis apoyar al estudio y a Sword of the Necromancer en su campaña de Kickstarter.
Autor
Graduado en Comunicación Audiovisual. Jefe de Relaciones Públicas (PR) y Community Manager de VidaoPantalla. Redactor en DeVuego. Guionista, presentador. Fan de Resident Evil y amante de los videojuegos y la televisión. Shergiock@gmail.com
