Una de las características principales y diferenciadoras del videojuego como arte es la importancia de la interacción del usuario. Mientras que en otras disciplinas el receptor debe observar, escuchar o leer en el más complejo de los casos, en el videojuego tenemos la obligación de participar si queremos progresar en la obra. Incluso se nos exige tener un mínimo de habilidad. Dejamos de ser simples espectadores para pasar a ser parte activa de la obra. La literatura, por ejemplo, es más férrea. El lector simplemente debe leer, desde el inicio hasta el final y no tiene posibilidad de participar en la trama. Cierto es que hay casos excepcionales en los que el lector puede ser parte activa del desarrollo, siendo quizás el más famoso Rayuela, de Cortázar o los míticos libros para niños de “elige tu aventura”. Hoy analizamos un producto que se encuentra a caballo entre literatura y videojuego: El remedio de Aldorf, primera obra de Breakover Interactive y disponible en iOS, Android y Steam.
Si acudimos a la web oficial, los desarrolladores lo definen como “librojuego digital“. Y lo comparto. Para mi, está más cerca de ser un libro interactivo en el que podemos elegir el camino que de un videojuego con mucho texto y características literarias. En primer lugar, la interfaz es la de un libro, muy similar a lo que veríamos en un ebook. Por otro lado, nuestra actividad como jugadores es mínima, aunque decisiva. Al final de cada página tendremos que elegir una de las opciones predefinidas y en función de cuál sea, la historia tomará un rumbo u otro.
Empecemos con lo que me ha gustado. Como estudiante de literatura que he sido, me resultan muy estimulantes estas propuestas que navegan entre el libro y el videojuego, por algo las aventuras gráficas y conversacionales están entre mis juegos favoritos. El remedio de Aldorf no forma parte de estos géneros, pero va por esa línea. Es divertido e interesante comprobar que tus decisiones son relevantes a la hora de llegar al punto final. Además, la posibilidad de elegir implica que hay muchas relecturas y cada una te puede llevar a una conclusión diferente. En total, El remedio de Aldorf tiene 10 finales.
La historia nos traslada a un mundo medieval en el que debemos viajar a Aldorf, un pueblo cercano, para buscar un medicamento, ya que un familiar querido está enfermo. El juego se narra en segunda persona, de modo que parece que nos está hablando directamente, decisión que favorece la inmersión del jugador. El principal problema del juego reside en la propia historia. Primero, más que una aventura, se nos narra un cuento, pues es corto y en unos quince minutos podremos encontrar el primero de los finales. La trama nunca alcanza el nivel de complejidad que sería deseable, los personajes son planos – pues apenas tienen desarrollo – y los finales no son especialmente sorprendentes. Pero claro, el hecho de poder elegir qué va a ocurrir llena de vida y matices incluso la más mundana de las historias, como es el caso. Puede que los sucesos sean predecibles e incluso insulsos, pero la posibilidad de “controlar” qué va a pasar después convierte esta historia en algo más atractivo.
Pese a saber que se trataba de una historia breve, he de admitir que quizás lo es en exceso. He tardado exactamente 73 minutos en completar la historia con todos los finales. Pero claro, las últimas veces, cuando los finales cambian solo de forma sutil y conoces casi todas las páginas y frases del libro, prácticamente no lees nada, sólo avanzas y pruebas a elegir cosas diferentes. Una historia larga, que además te permita tomar decisiones, implica idear, redactar y encajar decenas de variantes que deben tener coherencia entre sí. Pero claro, esta es la dificultad y es el reto del que quiera ofrecer una propuesta de este estilo. El Remedio de Aldorf nos da una pincelada de cómo podría ser.
Tampoco creo que la intención de los desarrolladores fuera otra que la de ofrecer una historieta jugable, casi a modo experimental; prueba de ello es su ridículo precio. En el momento de redacción de este texto cuesta 2,99€ en Steam, cantidad que seguramente se reducirá en ofertas futuras. La industria española tampoco se prodiga mucho – que yo sepa – en este tipo de propuestas, así que es interesante darle algo de visibilidad a las que salen. Como consejo, mejor jugarlo en formato portátil, ya sea en iOS o Android.
Conclusión.
Si sois lectores y también os gustan los videojuegos, me resulta imposible no recomendarlo. Una experiencia breve, pero que se sale de la línea normal a la que estamos acostumbrados, tanto si hablamos de libros como de videojuegos. Por lo que cuesta, echadle un ojo.
Autor
Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.