DeVuego BD

For a game made by a team of any size, Mind: Path to Thalamus would be incredibly impressive. For a game made by such a small independent team, it's a masterstroke. Stunning, intelligent, fun, with wonderful puzzle mechanics and a thought provoking denouement, Mind: Path to Thalamus is a game that deserves to be remembered for a long time to come.

Nice, surrealistic puzzle game

Precioso en lo visual y muy ingenioso en el diseño de sus rompecabezas, Mind: Path of Thalamus es una obra con cierto aroma experimental, por su gran apuesta por la narrativa y lo artístico, pero que en ningún momento se olvida de lo más importante: es un videojuego. Y en ambos casos la obra de Carlos Coronado cumple de forma notable.

De 'MIND: Path to Thalamus' me quedo, sobre todo, con el viaje, el ver cómo evoluciona hasta llegar a situaciones que nos sobrecogerán al vivir escenas inesperadas. Un viaje en el que la ambientación, tanto visual como sonora, juega un papel fundamental, empastando a la perfección y haciendo que no podamos parar hasta saber cómo acaba toda esta historia, con algunos guiños bastante curiosos en forma de logros muy melómanos. Una experiencia que hay que sentir.

Mind: Path to Talamus no termina de afinar la puntería con parte de su mensaje, pero tiene mucho más que ofrecer. Escenarios para el recuerdo, mecánicas muy bien planteadas, o puzles inteligentes con una curva de dificultad casi perfecta. Lanzar el primer juego casi en solitario es meritorio, pero aún más es lanzar una obra de este calibre.

Si hay algo que hace bien Mind: Path to Thalamus es mantener las distancias con sus referentes al mismo tiempo que utiliza elementos de aquí y de allá. Es sobre todo un rompecabezas difícil, y eso es algo que tiene muy claro a pesar del enorme esfuerzo puesto en hacerlo muy bonito. Su guion es sencillo, con esa cuestionable capa extra de cinismo, pero sirve para estructurar un viaje bellísimo e inquietante a lo más profundo de la conciencia, atravesar montañas y enfrentarnos a los demonios de un protagonista atrapado en su propio cerebro obsesivo, depresivo y también esperanzado. Yo con esto me doy por satisfecho.

Por supuesto MIND tiene cosas que no nos terminan de gustar del todo, como ciertos errores en el subtitulado del juego que restan seriedad a una trama que ya de por sí no termina de resultarnos todo lo memorable que nos gustaría. También mejoraría la experiencia global del juego una framerate estable, pues ni configurando el juego en medio y a una resolución de 720p hemos conseguido mantener una tasa de frames de, al menos, 30 frames por segundo estables, cosa que podría deberse al modesto equipo de quien escribe estas líneas, por lo que lo criticamos con la boca pequeña. Aún con sus pequeños, no fallos, si no puntos a mejorar, MIND: Path to Thalamus es una aventura del todo recomendable para el amante de los puzzles y para el amante del arte hecho diseño poligonal.

En definitiva, MIND: Path to Thalamus es un muy buen título, duradero para el tipo de juego que es y con unas muy buenas ideas a la hora de transformar elemenos jugables en narrativos. Como un sueño, hacia nuestro Tálamo.

A pesar de ser un título indie, creado por un pequeño grupo de personas, con algunas colaboraciones, este juego es capaz de estar a la altura de grandes aventuras que podemos encontrar clasificadas como grandes juegos de la industria. Es capaz de hablarles de tú a tú a muchos de ellos, por su belleza, mecánicas y forma de hacernos ver sus ingeniosos puzles.

Mind: Path to Thalamus would never have existed ten years ago. Its abstract, high-minded premise isn’t one we would have seen from a big publisher. Instead, a single man and his small band of compatriots deliver on one of the most creative ideas of this year, and arguably more than that. Mind is beautiful and its surreal environments will linger on with me longer after the story has faded. Exploration is its defining quality, even as the puzzle solving elevates above other exploratory games. For this reason, Mind: Path to Thalamus is an easy recommendation, even if its story falls a little short. This is a game that should be experienced.

MIND: Path to Thalamus è quindi un titolo particolare, con le potenzialità per sorprendere e per intrattenere, senza che questi aspetti principali rimangano soffocati da caratteristiche secondarie, ma ne traggano anzi giovamento. I 1104 giorni che sono serviti a Coronado per completare il suo progetto hanno dato vita a un gioco divertente, dotato di una storia piacevole e gran carisma. Se questo è ciò che volete, Steam vi aspetta.

Still, even with a few chapter-reset-necessitating bugs scattered here and there (to be expected of a one-man project, really), there's nothing game-breaking in Mind. Instead, there's just an ever-surprising and scintillating series of mind-breaking visuals, from illusory architecture (in which the shadows never lie) to jagged frozen ponds, waves frozen mid-crest, and haunting hospitals that jut into the cloudy sky like an infinite middle finger. If this is what the protagonist's world looks like, no wonder he hasn't yet woken up from his coma.

Se puede debatir si las propuestas experimentales de Mind: Path to Thalamus funcionan, pero no que es un juego muy interesante. Su diseño de puzles es muy inteligente, y el apartado visual, su buena banda sonora y una sólida interpretación de voz lo convierten en una experiencia cautivadora. Mind: Path to Thalamus salió a la venta el 5 de agosto para Steam, y se ha lanzado esta semana en Gog.com, donde puede adquirirse con descuento; una buena ocasión para probar un juego diferente.

Carlos Coronado n'a pas livré un jeu parfait, c'est un fait. Mais l'expérience proposée par ce tire conçu en tout petit comité en moins de 4 ans se montre des plus séduisantes. Solide côté puzzle et surtout sublime sur le plan visuel, MIND : Path of Thalamus se parcourt avec des yeux ébahis, et ne se lâche pas facilement, que l'on soit ou non joueur confirmé, en dépit d'une narration ratée. Un rêve éveillé qui mérite indulgence et attention.

Na celkovém dojmu se však drobné chyby technického rázu příliš nepodepisují. Po Mind: Path to Thalamus vám v paměti zbyde především dobrý pocit, že originalita ve zpracování herního prostředí ještě neřekla poslední slovo a logické hry lze zpracovat tak umělecky, že při jejich hraní ani nemusíte zapojovat vlastní fantazii. Mind tuhle ingredienci spolehlivě dodá sama.

Mind: Path to Thalamus no es un videojuego para todos los paladares, pero los que sepan degustarlo estarán ante una de las obras más importantes de nuestro país. Carlos Coronado no solo ha logrado hacerse un importante nombre en la cultura de los videojuegos a nivel nacional, sino también a crear una maravilla jugable y uno de los juegos más bellos que he podido jugar en toda mi vida. Es uno de esos puntos de inflexión donde podemos denominar esto como puro arte jugable.

MIND: Path to Thalamus no es un juego para todos. No se basa en lo frenético, como puede ser un shooter, ni se basa en un guión cinematográfico, como puede ser The Last of Us. MIND es un juego narrativo y, cómo tal, busca la reflexión, la interiorización y la complicidad con el jugador. Es un juego que no deja indiferente a nadie precisamente porque no es un juego que pueda jugar todo el mundo. A aquellos que les interesen los juegos de este tipo, verán que es un gran juego, pero a los que busquen otro tipo de títulos más comerciales, les decepcionará. ¿En qué grupo estás tú?

Cuesta creer que un juego tan bueno como este haya podido ser realizado por una única persona, capaz de codearse de tú a tú con algunas de las mejores aventuras de puzles que hemos jugado en los últimos tiempos. Pero esto no es un valor en sí mismo, al potencial consumidor poco le debe importar cuántos implicados están detrás del producto que se va a comprar, y tenemos que decir que Mind: Path to Thalamus es una aventura que mezcla de manera perfecta ingeniosos puzles, no demasiado difíciles, con unos escenarios de ensueño, que da gusto recorrer, y que en líneas generales, nos ha dejado un gran sabor de boca. Una historia mejor o un desarrollo más prolongado quizá podrían haberle hecho ganar enteros, pero Carlos Coronado debería estar bien orgulloso de este juego, que consigue destacar en un género tan competido en la escena independiente.

A few annoyances interfered with my adventure; I got stuck in place twice when trying to make leaps I hoped might have clever results, and finding an orb in the grass when night has fallen can be a frustration. These are small irritations, but in a game this focused, such irritations can linger. Fortunately, the delights linger as well--the stunning landscapes, the grand sense of scale that pervades a few of the later levels, the artful manner in which the final scenario reimagines the archetypical video game boss. Even if you don't fall in love with Path to Thalamus, I suspect you won't be fully immune to its gravity.

The game is quite short, clocking in at around four hours, although once you trim the chaff, the actual gameplay (the interesting part, anyway) is probably a bit closer to three. Anyone looking for a challenging, hard-core puzzle game will probably come away disappointed at the end of that time, but for those who can handle a bit of badly written narrative introspection through good-looking environments filled with interesting, if not terribly challenging gameplay, MIND: Path to Thalamus might be worth the trip.

Fascinating experiments with spheres are clouded by the vastness of locations, the lack of clues and ingenuity of puzzles. And if you get used eventually to the intricate brain-teasers with their dreamlike logic, then boring mumbling narrator keeps you annoyed until the very end. Hero spits stamps like a fifth-grader and cites quotes on about everything. But this is forgivable minus, because Carlos Coronado did programming, game design, script and music himself. And games that made with love are rarely bad. 

Mind: Path to Thalamus es un juego que bien merece ser reconocido por lo atrevido de su propuesta. Se nota que hay cosas por pulir, en ciertos aspectos parece un juego al que le falta algo de testeo, cosa que parece haberse solventado con parches posteriores en su versión para Steam. Pero más allá de estas cuestiones, lo que de verdad importa es que que como juego de puzles, temas financieros  y de personal aparte, funciona estupendamente, y eso es al fin y al cabo lo que buscamos al comprarlo. Un juego muy recomendable para los amantes de los buenos puzles y las buenas ideas.

It’s a move that illuminates the game’s greatest weakness: it holds back. This manifests in the game’s puzzles: concepts are introduced and dropped before they reach a peak difficulty, and though the last few levels are fiendish, they’re missing a lot of the groundwork that the game laid early on. It’s also much too afraid to let its images speak for themselves without narration, too afraid to let the player find and deal with that emotional impact. Mind: Path to Thalamus is, at times, messy, but it’s a beautiful mess, one that still exhibits powerful moments of emotional impact that are so true to the game and the medium that it’s almost painful. If the narrator is the creator—or vice versa—he seems afraid of letting the player and himself falter emotionally or logically, as though there were something wrong with offering a player a piece of a broken heart.

Mind: Path to Thalamus is beautiful and has several elegant puzzles, but it doesn't tell any story with those attributes, nor does it tell a good story with anything else.

With a game like this, the story is up to interpretation. While I found it stale, others might enjoy it more. However, the often frustrating puzzle design is something that is hard to ignore. The beautiful design collides with shoddy gameplay leaving me wishing to explore more of the world, but not the story or puzzles.

Wunderschöner First-Person-Puzzler, dessen Fassade nicht lange über die seichte Story und die abgedroschenen Phrasen hinwegtäuschen kann.

Three years in the making, Mind: Path to Thalamus is a valiant effort on the part of Carlos Coronado. There are moments that impress, but the parts all add up to a mediocre story shoe-horned into a mediocre first person puzzler. I encourage the development team to keep it up, but I can’t really recommend this one as a must see.

Carlos Coronado ha realizado una obra mayor en el mejor sentido de la palabra. No sólo tiene un acabado espectacular sino que su uso de las mecánicas y la relación que establece con el jugador para que éste sepa interpretarlas conforman un discurso puramente videojueguil al alcance de muy pocos. Quizás el componente argumental lo alejen del “Recomendado” pero ningún amante de los rompecabezas debería dejarlo pasar.

Mind aparece, en definitiva, como un juego profundamente introspectivo que lleva la reflexión al apartado audiovisual y jugable. Afortunadamente, la parte experimental no consume al videojuego, como podía pasar con Dear Esther. El aspecto clave de este título es que hay que jugar para avanzar, y más de una vez no será un paseo fácil. Personalmente no soy un gran jugador de puzles y he tardado 9 horas en terminar el juego, pero he encontrado los desafíos que esperaba en un título de este género, así como sus recompensas: avanzar una fase más, descubrir nuevos diálogos que aclaraban el misterio del protagonista y explorar un nuevo paisaje tan impactante como el anterior.

El tálamo, justo será nuestro objetivo, a la vez de una experiencia sensorial donde la naturaleza la iluminación, y la oscuridad, crearan una experiencia única que en conjunción con la historia harán de Mind: Path to Thalamus uno de los juegos que nos será imposible olvidar.