FICHA DE CRÍTICA

El estudio de Sabadell ha hecho un ejercicio valiente en iOS: con un target tan ambiguo y poco amante de los ejercicios lúdicos más o menos inteligentes, han logrado poner sobre la mesa un interesante concepto que se moldea según la experiencia y las ganas de disfrutar de un videojuego que se tenga. Resulta difícil de explicar, pero Nihilumbra es tan accesible en su primera partida que podría jugarlo desde un niño hasta un anciano; la segunda partida es una Tourmalet para cualquier jugador: casi una partida de ajedrez contra una mente enferma que ingenió con mala leche cada uno de los retos a los que enfrentarse, y eso tiene mucho mérito viniendo de un estudio novato. Si todo lo que venga sale como Nihilumbra, pueden estar contentos.

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28/09/2012

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