FICHA DE CRÍTICA

Nightmare Boy es un título que intenta recuperar y traernos de vuelta las sensaciones que transmitían a los jugadores aquellos míticos juegos de los años 90. Y lo consigue con un apartado artístico muy elaborado que aporta una ambientación que le viene como anillo al dedo al mundo donde se desarrolla la aventura. Con una mecánica que bebe de la corriente conocida como metroidvania, donde la exploración y las plataformas tienen un papel importante a la hora de intentar sacar el máximo y desvelar todos sus secretos. Mención especial para el diseño de los bosses, muy originales y con unos patrones de ataque a los que tendremos que adaptarnos si queremos acabar con ellos y ganar nuevas habilidades para proseguir nuestra aventura. Su dificultad, a priori ajustada para hacernos sufrir lo justo y necesario para que nuestro recorrido no sea un paseo por el parque, se ve incrementada desafortunadamente por unos controles no demasiado precisos en ocasiones, que pueden hacer que muramos incontables ocasiones en secciones donde, a priori, no tendría que suponer demasiado problema. Y es que, en un juego donde los saltos del protagonista son una constante, el hecho de que no respondan todo lo bien que debieran acabará suponiendo más de un momento de frustración en determinadas situaciones. No obstante, la mayor del tiempo nos encontramos ante un juego muy disfrutable gracias a sus mecánicas y que, quien sepa darle una oportunidad, encontrará una propuesta interesante y que ofrecerá bastantes horas de entretenimiento.

Leer en su medio original
60
 
07/11/2017

  Compartir